Mujeres latinas de luz y de sombra

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Mujeres latinas de luz y de sombra

Por V. MARTÍNEZ/ESPECIAL PARA HOY

LOS ÁNGELES.- Aquel día de enero de 2014, Spozhmai, una niña de 10 años, cruzaba un río en la provincia afgana de Helmand con un chaleco de explosivos sobre su cuerpo menudo. En el desconcierto de su conciencia, rompió a llorar en medio de las gélidas aguas. La misión suicida que su hermano, un comandante Talibán, le había encomendado, había fracasado. A miles de kilómetros de distancia, la terrible realidad que atraviesa el país del sur asiático tiene eco en la galería Avenue 50 Studio situada en Highland Park, California. Sobre un fondo blanco con siluetas de pájaros resalta la figura azulada de una niña que oculta su cuerpo bajo un burka.

“Las mujeres pueden florecer incluso en los peores momentos”, dice Marianne Sadowsky, la autora de esta pieza realizada con delicadas capas superpuestas de papel Kozo.

El trabajo muestra la ‘dualidad’ de la luz y la sombra en las mujeres. “Hay momentos en los que brillamos y momentos en los que vivimos en las sombras. Lo uno va con lo otro”, asegura. “Pero las dos fuerzas colisionan y retornan como algo positivo”.

La artista mexicana es también la comisaria y columna vertebral de esta muestra titulada Mujeres de luz y de sombra, que plasma las visiones de otras cuatro artistas con fuertes raíces latinas.

Frente a la gentileza de las piezas de Sadowsky aparecen sobre la pared opuesta las fotografías de Olivia Barrionuevo, una artista mexicana cuyos trabajos son conocidos por el gran público latino de Los Ángeles.

La colección, bautizada “Revelaciones”, supone un “regreso a mis raíces, a mi infancia”, explica Barrionuevo.

Sobre las espinas negras de un cactus reposa un zapato de bebé color blanco que pertenece a la hija de la artista. La serie retrata también los vestidos de la pequeña como herramienta para explorar la travesía que recorre una niña hasta convertirse en mujer.

El corazón de “Revelaciones” viene simbolizado por la fotografía de un árbol cuyas raíces brotan de la pared para integrarse con el suelo. Apenas a unos pasos del árbol, junto a la puerta principal de la galería, la luz intensa de unas velas blancas calienta el ambiente tenue del entorno.

Colocadas sobre un altar y flanqueadas por rosas secas, estas velas y el vídeo que las acompaña le dan vida a la obra “Guadalupanas de la Calle”, un trabajo firmado por Cecilia Aguilar Castillo y que plasma la cruda realidad social de la prostitución – un mundo arraigado en el corazón de la Ciudad de México donde colisionan poderosas fuerzas como el arte, la religión y la exclusión.

El fenómeno de la exclusión social puede concebirse también como una extensión y manifestación más de la soledad. A la exploración de este último concepto se dedica precisamente la artista madrileña Beatriz Valls que, frente a la entrada principal de la galería, proyecta imágenes recogidas en coche por las calles del centro de Los Ángeles.

Con un trabajo participativo titulado “Soledad, un nuevo comienzo”, invita al visitante a echar mano del teléfono móvil para ‘conectarse auditivamente’ a los testimonios de mujeres que, en inglés y en español, comparten su cara a cara con la soledad en medio de la vasta urbe angelina.

Para mitigar el sentimiento de aislamiento, desde una esquina de la sala, Ángela Roa comienza a acariciar las cuerdas de una guitarra española. Su poderosa voz rápidamente traslada el sabor de la Bossa Nova, el bolero y los ritmos afro-latinos a los asistentes.

Con una narrativa basada en su experiencia familiar, cobra vida la realidad del exilio chileno del que ella y su padre forman parte. Roa es el eco de las “Mujeres de luz y de sombra”.

“Me llevó un tiempo integrar elementos de mi experiencia en Los Ángeles a mis canciones. Pero la fusión ocurrió de manera orgánica”, comenta la artista.

A Beatriz Valls se le escapan los elogios hacia su compañera. “Sólo con nuestra imaginación podemos poner estas letras en nuestro corazón”.

La poesía cantada de Roa le confiere otra dimensión más a una exhibición que el día de su inauguración, el pasado 8 de marzo, registró el mayor número de visitantes en la historia de la galería.

“Lo que más me gusta es que todas somos mujeres con ‘acento’”, asegura la cantautora entre carcajadas. “Quizá ese debería ser el tema de nuestra próxima exhibición”, le sugiere a Marianne Sadowsky, la arquitecta de la muestra.